Country, un día casi perfecto

Ayer, Venimos a ver a nuestros amigos ganar se cuestionaba sobre la herencia, genes o entorno, el día de hoy se tocó el tema pero de una manera más sutil. Un día perfecto de Lucero Troncoso plantea la relación dependiente de dos hermanos que repiten los patrones de sus padres.

Los hermanos se enfrentan a sus propias relaciones con sus parejas e hijos y fracasos. Él, sumergido en un estatismo en su vida personal, con su familia, en su trabajo. Ella, en la disyuntiva del soltar el “amor” o dejarlo preso, quién sabe si era amor. Sus flashback a su infancia y a su manera de aprender a codificar de qué va la vida.  En esta dependencia pareciera una relación un poco freak pero no, solo necesitan restablecer las figuras de sus padres. A esto le sumamos que él es dramaturgo y ella una actriz desempleada que anhela volver a los escenarios pero que no puede con el pesimismo de su pareja.

Un texto que propone un juego escénico con flashback y la complementación entre acción del pasado y narración del presente, en dos espacios y dos tiempos. La lectura en tono realista poco a poyaba al texto, cuando había acotaciones que apuntaban hacia el lado onírico.  De nuevo me encuentro con una obra con cierta densidad, cuadros muy largos y con poca información, la expectativa de que algo va a pasar se desdibuja, no se vislumbra una clara progresión en los personajes. Se vuelve muy lineal.

un día perfecto

En la mesa de reflexión se proponía que las lecturas fueran encaminadas a eso, una lectura más “pura” y menos dramatizada, el día de hoy hubo un acercamiento a eso, no totalmente pero lo hubo como pasó con Mitad tú, mitad yo de Jimena Eme Vázquez, una lectura llena de imágenes matizadas, muy bien apuntada desde el tono y no se necesitaron más de cuatro elementos de utilería y vestuario. Con esto se logró transportar al mundo ficcional de una manera tan simple, sin complicarse la vida. Dos actrices frente a su atril, leyendo a las siamesas que están en constante choque por la identidad de un cuerpo compartido. ¿Quién es la original y quién es el tumor?   El desdoblamiento de conciencia y  discurso entre la hermana viva y la muerta. Intentar desprenderse y ser una, una pierna, un brazo y una cabeza. Por fin pude ver una atmósfera creada solo por la lectura, sin un trazo de más de cinco movimientos, sin tener que correr para cubrir las cuotas de las tareas escénicas.

El texto es concreto, puntual y redondo, con una progresión y tensión en los diálogos y personajes. Una tragedia abordada con un humor nada rebuscado pero muy dinámico porque es muy de los personajes. La manera de sobrellevar su desdicha y ser duras consigo mismas pero con una naturalidad que no se ve superpuesta, que fluye transparente.

mitad

Después de salir con un muy buen sabor y estimulación en mi cabeza volvemos para la presentación de Country escrita y dirigida por Juan Carlos Franco, respecto a este montaje trataré de ser breve.

Montaje muy a modo de collage, pero que nomás no entraban en un tono. Cuenta la historia de Jackson Parker (Daniel Álvarez Gorozpe) un chico preparatoriano que comete un multihomicidio en medio de una función de teatro en el foro de su preparatoria. Si creen que les conté el final o toda la obra es un sí y un no. Saber cuáles fueron los motivos del homicida pareciera ser algo trascendental pero no. Creo que lo importante es ver la progresión de este personaje y cómo llegó a ese fatídico día, lo cual no se ve en el montaje.

Una propuesta experimental pero también con elementos actorales muy formal o acartonado. Con el escenario repleto de elementos escenográficos y de utilería que de pronto más que reforzar el montaje era un distractor o estorbaban para poder apreciar la obra. Trazos atropellados, con poca precisión al igual que las pequeñas partituras de movimiento. Hay una especie de cuerpos neutros en movimiento en escenas simultaneas; unos hablan otros se mueven lento como tratando de llegar a una poética del cuerpo, que más bien se volvía algo totalmente desfasado. Un tono vocal plano y algunas partes muy recitado.

Este trabajo se queda muy frío y resulta raro que los actores intenten engañarnos con un sentimentalismo y sufrimiento que no cruza proscenio, solos los actores sienten y el espectador se vuelve totalmente pasivo, peleando contra una falsedad no artificiosa sino mal dirigida. Si hay algo que me parece grave es que como actores no nos demos cuenta de que lo que está pasando en el escenario no alcanza a llegar al espectador y peor aún, que desde la dirección no se den cuenta de esas fallas.

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